sábado, 9 de noviembre de 2013

Estás dentro de mi corazón.

Es raro de explicar pero cuando estoy con esa persona, hay cosas que pasan que aún no comprendo.
A veces pienso que es capaz de leerme la mente, de que puede ver a través de mis ojos todo lo que pienso y siento. Siempre tiene la frase que necesito en el momento perfecto, como si tuviera todas las respuestas que busco, como si él fuera la respuesta que necesito.
Me dirige una mirada capaz de desarmar todas mis defensas, pero todas mis murallas se desvanecen cuando un rayo de sol aparece detrás de él, iluminando su figura y provocando destellos en su mirada. Una ligera sonrisa aparece en sus labios y va tomando forma, convirtiéndose en más grande y más hermosa, ocasionando en mí una gran atracción, el enmudecimiento y una sensación que emana desde mi estómago y se despliega por todo mi cuerpo, haciéndome sentir que floto en el cielo.
En el momento en que sus brazos me rodean, todo deja de existir. Los problemas han desaparecido, las discusiones se van con el viento y el dolor se desvanece para dejar paso a su calidez, que te acoge y te arropa, que te cuida y te protege.
No entiendo cómo puede llegar a suceder esto, pero desde el principio he sentido que hay algo de él que me atrae consigo, su olor, su manera de sonreír y de mirar, su rostro, su voz, su forma de ser, la forma que tiene de calmarme, su forma de hacerme sentir viva.


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