sábado, 9 de noviembre de 2013

Paso, simplemente paso.

Últimamente esa es mi respuesta a todo problema.
"Paso" "Destrábate" "Olvídate y pasa".
Me preguntan por qué siempre es ésa mi respuesta, yo me limito a decir porque no vale la pena.
Pero realmente es porque la vida me ha enseñado a que no vale la pena malgastar el poco tiempo que disponemos en amargarnos en algo que puede tener remedio o no.
El tiempo no soluciona nada, pero te enseña a atenuar un poco el dolor. Siempre te dolerán las malas experiencias vividas pero poco a poco y con el tiempo, consigues que esas heridas se vayan cicatrizando, se te cae la costra y se te queda la cicatriz.
Siempre he pensado que una cicatriz es el recuerdo de una caída que te enseñó algo nuevo, se queda marcada en tu piel para siempre pero el dolor ya no es el mismo que sentiste.
Hay cicatrices que marcan más que otras. Gracias a ellas entiendes que hay problemas de mínima importancia y que tendemos a hacer un castillo de un grano de arena por ello, de ahí mi respuesta.
Yo tengo una cicatriz que nunca desaparecerá de mí, el dolor existe y es constante, pero no es el mismo que sentí al principio, se ha atenuado.
De ella he aprendido a diferenciar los problemas graves de los pequeños, si te digo que pases de algo, no es porque no me importe nada en esta vida, sino que no mereces malgastar tu tiempo entristeciendote por algo que no merece ni una lágrima de tus ojos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario